miércoles, 18 de agosto de 2021

Un decreto de 1864

Las buenas noticias son en estos tiempos bastante escasas. También es posible que haya muchas, pero que los periódicos las eliminen del menú del día con el pretexto de que nadie se las come. Al parecer, a los lectores sólo les gustan las malas noticias; al menos eso es lo que nos dicen: que las malas noticias son las únicas que venden periódicos. En cualquier caso, he leído estos días una buena noticia que quiero comentar y compartir: el gobernador de Colorado, Jared Polis (del partido demócrata) revocó el decreto que uno de sus remotos predecesores, el gobernador John Evans (1814-1897), promulgó en 1864 abriendo la veda para, literalmente, perseguir, dar caza y destruir al cualquier nativo «hostil», adjetivo superfluo y del todo inútil como clarificación porque las naciones indias que poblaban entonces las grandes praderas americanas eran, a ojos de los colonos europeos que venían a apoderarse de sus tierras, todos hostiles y enemigos. Como los militares estaban en ese momento ocupados en matarse unos a otros en la Guerra Civil, el gobernador Evans publicó este decreto para autorizar a cualquier persona (blanca), a cualquier americanito de a pie (o de a caballo), de solera o recién llegado al país, a liquidar a cualquier indio apenas asomara la cabeza (en inglés, to shoot on sight, que es algo así como decir fusilar sobre la marcha). Se me podrá argumentar que en aquellos tiempos medidas de tal naturaleza eran necesarias para asegurar la paz en las poblaciones de los europeos que estaban llegando a la zona. Pero lo que quiero resaltar aquí es que la ley ha estado en vigor hasta ayer mismo, cuando por fin fue derogada por este señor Polis que es, cuando menos, pulido, políticamente hablando. ¿Cómo es posible que una ley así no se hubiera derogado antes? Es decir, la veda para matar al indio llevaba abierta desde hace 157 años, y nadie la había cerrado. De ahí lo de la buena noticia que decía al principio. Lo que demuestra dos cosas: la primera es que ese señor Evans del siglo XIX sigue teniendo herederos y herederas contemporáneos en el congreso, ahí están para demostrarlo las señoras Marjorie T. Green y Lauren Boebert, que son los más recientes y coloridos avatares de aquel señor Evans de las fotos en blanco y negro. La segunda es que esto fue, sencillamente, un latrocinio descarado y una rapiña, justificada con aquello de que había que eliminar la Barbarie para introducir la Civilización. (Si querían robar, pues que robaran, pero que al menos le llamaran al pan, pan, y al vino, vino.) Y yo aún añadiría una tercera: que en la historia de este país (y es posible que en la de todos los países), hay desde luego más canallas que gente buena. Son más los malos que hacen historia que los buenos. Tal vez es que con esto pasa lo mismo que con las noticias. Los malos venden. Los buenos, no. Los canallas imponen sus leyes. Le gente buena las sufre o las sobrelleva como puede. En esto, nada ha cambiado. Por fortuna, iniciativas como la del actual gobernador de Colorado dan alguna esperanza. Pero muy poca. 

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